





Había una vez, hace cientos de años, en un pueblo oriental, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. Al ser una noche sin luna, la oscuridad era verdaderamente profunda.
En determinado momento, se encuentra con un amigo. Al estar ya próximo, el amigo lo reconoce y se sorprende al ver que era Guno, el ciego del pueblo.
El amigo lo detiene y le pregunta:
- ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves...
- Entonces, el ciego le responde:
- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí.
No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.
Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil. Muchas veces en vez de alumbrar, oscurecemos mucho más el camino de los demás... ¿Cómo? A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento...
¡Qué hermoso sería sí todos ilumináramos los caminos de los demás!
-Desconocido -
2 comentarios:
INTERESANTE Y LA SOLIDARIDAD CON AMINETU DEBERIA SER PRIMORDIAL ANTES QUE OTRAS COSAS BANALES
LE DESO UNA FELIZ NAVIDAD Y UN NUEVO AÑO LLENO DE PAZ AMOR Y BUENAS COMPAÑIAS
SALUDOS DEL EGO
Hola bella amiga, que bonita entrada me a encantado, y bonitas tus palabras en mi rinconcito, eres muy dulce, mil gracias.
Perdon por ultimamente casi no entrar en tu rincon tan bonito, pero este mes ando muy liada.
Espero estes pasando una bonita navidad y te deseo que empieces el año con todas tus fuerzas y te llegue cargadito de mucha felicidad...
Un fuerte abrazo de una que TQM☻ y no te olvida.
Pais magico.
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